Se viven momentos tensos en el Torneo del Inca. La Policía Nacional del Perú no sabe como controlar la violencia en los estadios. Los "guerreos" entre sectores de las barras organizadas son inevitables cada vez que hay fútbol. Delicuentes disfrazados de hinchas, o hinchas disfrazados de delincuentes: lo mismo da, lo que hacen es atentar contra los intereses de sus propios clubes.
La asistencia del público a los estadios es básica para la economía de un club. Un equipo tiene que hacer promociones, incentivar a los hinchas, invitarlos al estadio como si fuera una fiesta. Somos un país futbolero pese a que en el ranking mundial estamos en un nivel bajo, pero amamos a este deporte. Sin embargo, cuando se dan hechos lamentables como una muerte todo se va al diablo.
Universitario de Deportes sufrió una crisis económica que por poco lo lleva al descenso el 2011. Sus hinchas al año siguiente decidieron organizar una serie de eventos. La noche crema del 2012, fue prácticamente armada por gente comprometida y fue ante un modesto cuadro como el Manta de Ecuador, no se podía esperar un gran rival en aquel momento. Poco a poco el equipo crema fue saliendo a flote, pero los resultados no acompañaron. Igual ciertos grupos de la Trinchera Norte seguían apoyando a su club con eventos profondos. La participación de ex-jugadores y venta de viandas, souvenirs y demás también fue necesaria y aunque no fue mucho dinero el recaudado, sirvió para poco a poco levantar a Universitario.
La muerte de un hincha a manos de fanáticos de su propio bando, ha sido la gota que rebasó el vaso. Universitario ahora tendrá que jugar sin público un par de fechas. Ahí quienes pierden son todos. Los hinchas porque no pueden ver a su equipo en vivo, los jugadores porque jugar sin cánticos ni gritos de aliento no motiva, la dirigencia porque no entrará dinero a las arcas merengues en varias fechas.
El empadronamiento de los hinchas entonces es más que necesario. Que cada boleto tenga el DNI del comprador no solo garantiza que no ingresarán delincuentes a las graderías, sino que evitará la maldita reventa que tanto daño le hace también a los aficionados.
Las hinchadas de fútbol de dan vida a un estadio de fútbol. Sus barras son las melodías que acompañan un partido de fútbol, pero cuando se confunde fanatismo con barbarie pues las sanciones se tienen que dar y cumplir.
Así y solo así empezaremos a cambiar la cultura chicha de nuestros torneos.
Por.: Adhemir Cavero Chavera
La asistencia del público a los estadios es básica para la economía de un club. Un equipo tiene que hacer promociones, incentivar a los hinchas, invitarlos al estadio como si fuera una fiesta. Somos un país futbolero pese a que en el ranking mundial estamos en un nivel bajo, pero amamos a este deporte. Sin embargo, cuando se dan hechos lamentables como una muerte todo se va al diablo.
EL ORÍGEN
Universitario de Deportes sufrió una crisis económica que por poco lo lleva al descenso el 2011. Sus hinchas al año siguiente decidieron organizar una serie de eventos. La noche crema del 2012, fue prácticamente armada por gente comprometida y fue ante un modesto cuadro como el Manta de Ecuador, no se podía esperar un gran rival en aquel momento. Poco a poco el equipo crema fue saliendo a flote, pero los resultados no acompañaron. Igual ciertos grupos de la Trinchera Norte seguían apoyando a su club con eventos profondos. La participación de ex-jugadores y venta de viandas, souvenirs y demás también fue necesaria y aunque no fue mucho dinero el recaudado, sirvió para poco a poco levantar a Universitario.
Ingresó entonces la Administración Temporal. Acreedores que la verdad, solo son aficionados del fútbol y que de todas maneras necesitaba estar rodeados de gente que esté empapada de la realidad de Universitario, en este caso su hinchada que, honor a la verdad, luego de los esfuerzos realizados, merecía formar parte del resurgir del club. Entonces el trabajo conjunto se notó. Diversas actividades ayudaron a que el club tenga cierta estabilidad. Se trazaron como meta mejorar Universitario y lo lograron. En el año del Centenario del gran "Lolo" Fernández, campeonaron cuando la prensa no los daba como candidatos al título.
El 2013 se cumplía además el 25 aniversario de la Trinchera Norte y para ese entonces ya la barra estaba más que metida en los asuntos del club. El ingreso al estadio Monumental ya no solo era con entradas de barra sino con brazaletes "all access" como las discotecas. Algo justo para quienes hicieron mucho por su institución.
EMPADRONALOS POR QUE NO SABEN LO QUE HACEN
El problema sin embargo radica cuando se hace uso y abuso de la repartición de entradas. Llega el lucro, la reventa de las entradas de cortesía hace que el club pierda dinero. Es decir si se regalan entradas y esas entradas se venden quienes ganan lógicamente son estos personajes.
Se crea desorden. Los hinchas prefieren comprar las entradas en las afueras del estadio que en las boleterías mismas. Los miembros de las barras se pasen como Pedro por su casa y entonces el estadio se vuelve tierra de nadie.
Son tiempos en que las familias han vuelto a las tribunas. Universitario más allá de estar en una mala racha en resultados igual su gente los ha acompañado.
La muerte de un hincha a manos de fanáticos de su propio bando, ha sido la gota que rebasó el vaso. Universitario ahora tendrá que jugar sin público un par de fechas. Ahí quienes pierden son todos. Los hinchas porque no pueden ver a su equipo en vivo, los jugadores porque jugar sin cánticos ni gritos de aliento no motiva, la dirigencia porque no entrará dinero a las arcas merengues en varias fechas.
El empadronamiento de los hinchas entonces es más que necesario. Que cada boleto tenga el DNI del comprador no solo garantiza que no ingresarán delincuentes a las graderías, sino que evitará la maldita reventa que tanto daño le hace también a los aficionados.
Las hinchadas de fútbol de dan vida a un estadio de fútbol. Sus barras son las melodías que acompañan un partido de fútbol, pero cuando se confunde fanatismo con barbarie pues las sanciones se tienen que dar y cumplir.
Así y solo así empezaremos a cambiar la cultura chicha de nuestros torneos.
Por.: Adhemir Cavero Chavera
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