Rusia, semifinalista de la Eurocopa hace cuatro años, dio hoy un
auténtico repaso de fútbol a la República Checa (4-1) en un partido en el que
los checos pudieron llevarse un saco de goles.
El
partido fue un monólogo de los rusos, que dispusieron de ocasiones de todas las
clases, ante un equipo checo que recuerda poco al que alcanzara la final de la
Eurocopa en 1996.
Como
anécdota, el árbitro inglés, Howard Webb, que dirigió la final del pasado
Mundial ganado por España, -en la que fue muy criticado- no sacó ni una sola
tarjeta.
Por
otro lado, el seleccionador checo cedió la titularidad a Milan Baros, duda
durante los últimos días, pero éste no justificó la confianza de su entrenador,
ya que el exdelantero del Liverpool estuvo desaparecido en combate todo el
partido.
Los
checos comenzaron presionando, ahogaron la línea de creación del gigante del
norte y apenas dejaron que los rusos cruzaran el centro del campo durante los
primeros diez minutos, pero sólo fue un espejismo.
Rusia
se puso por delante con una magnífica jugada colectiva que comenzó y culminó
Dzagóev con un disparo raso desde dentro del área grande ante el que nada pudo
hacer Cech (m.15).
La
pesadilla checa no se acabó ahí, ya que a los 20 minutos, un pase de Arshavin
no pudo ser despejado por la defensa y Shirókov (Zenit) anotó el segundo gol
elevando sutilmente la pelota por encima del portero del Chelsea (m.24).
En
la segunda parte los checos salieron a reducir distancias y lo consiguieron a
los cinco minutos gracias a Pilar que recibió un pase al hueco, superó al
defensa y al portero rusos, y marcó a puerta vacía (m.52).
A
partir de ahí el partido estuvo abierto, aunque los rusos fueron los que
crearon más peligro, pero durante bastantes minutos no obligaron a Cech a
emplearse a fondo.
La
entrada del exdelantero del Tottenham, Pavlyuchenko, fue providencial ya que
dio un pase a Dzagóev para el tercer gol (m.79), y seguidamente,
consiguió anotar ante Cech que sólo pudo rozar la pelota (m.82).
La imagen de un abatido Cech, el héroe en la reciente final de la Liga de
Campeones ante el Bayern de Múnich, escenificó la impotencia checa.
Con
este resultado, los rusos lideran el Grupo A con 3 puntos, por uno de polacos y
griegos, que empataron en el partido inaugural (1-1), y cero de los checos. Rusia
se enfrentará en la próxima jornada a los anfitriones polacos, mientras los
checos tendrán que jugarse el todo por el todo ante los griegos, los campeones
de Europa en 2004.
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