EL PROBLEMA DE LA VIOLENCIA EN LOS ESTADIOS DEL PERÚ

El pasado fin de semana se suscitó un hecho de violencia al final del partido entre Walter Ormeño y Sport Boys, que se jugó en el Óscar Ramos Cabieses de Cañete. Cuatro hinchas del club rosado terminaron heridos de bala, luego de enfrentarse a simpatizantes rivales. Además, según la Policía Nacional, los de Cañete dispararon contra el vehículo de los barristas visitantes al abandonar las instalaciones.

El motivo fue el robo de la banderola de los barristas del Walter Ormeño. Una simple banderola que solo sirve para “decorar” un estadio. En las imágenes que mostró un programa deportivo de señal abierto se ve a un individuo disparando varias veces hacia un tumulto de personas. No le importó que puedan haber niños, ancianos, bebes o madres embarazadas.

En la gran mayoría de barras de los equipos (de cualquier categoría) hay delincuentes que se visten de barristas para fomentar la violencia. Esto se ve reflejado en un sinfín de partidos suspendidos por agresiones al árbitro o en la misma tribuna. Este año ya se han suspendido dos encuentros (los dos en el Mariano Melgar de Arequipa). El último fue porque una piedra grande fue tirada desde la parte de oriente.

Además, no hay que olvidar las muertes que se dan por esta violencia. La última que se dio dentro de un partido de fútbol fue la de Walter Oyarce. En un clásico jugado en el estadio Monumental unas hinchas de Universitario botaron desde lo alto de un palco al aliancista. Luego de esto se tuvo que vetar los palcos del club crema; sin embargo, luego de un tiempo se abrieron de nuevo.

A IMITAR

Tal vez, mirando los antecedentes que tenemos, debemos de imitar lo que está haciendo Argentina. En el último clásico argentino jugado hace unos días, solo se dejó ingresar a los hinchas locales (la de River). Esto se dio debido a que la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) prohíbe que los partidos del campeonato se jueguen con público visitante, debido a los constantes hechos de violencia que se dan en tierras gauchas. Siendo así, podemos comenzar con utilizar estas medidas.

Hay que tener en cuenta que el fútbol es un espectáculo, no una guerra entre equipos e hinchadas rivales. Si la opción definitiva es erradicar la presencia de esta escoria en los eventos del deporte rey, se tendría que realizar de una vez por todas por el bien del fútbol y de todos que les gustan y apasionan este deporte. 

Por André Salas

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