Un 6 de septiembre de 1981, la ‘blanquirroja’ empataba
sin goles frente a Uruguay y clasificaba a su cuarto campeonato del mundo.
Por coincidencia, exactamente luego de 32 años, Perú se
enfrentaba nuevamente ante el mismo rival, en el mismo estadio, con la
necesidad del triunfo para quedar entre los cinco primeros en la tabla.
Pero el resultado no se dio, Perú perdió, como es ya casi
una costumbre en los momentos más cruciales. Y luego de cuatro días se enfrentó
a otro rival directo, Venezuela, solo para ratificar su ausencia en la cita
mundialista que se llevara a cabo en Brasil el próximo año.
¿Y a qué se debe que nos quedemos sin mundial por lo
menos tres o cuatro años más?
Lo cierto es que el técnico y los jugadores tienen algo -o
mucho-, que ver en esta situación, pero como seres humanos, pueden equivocarse.
El problema es que cuando la cabeza de una organización no funciona, nada sale
bien.
Desde que Manuel Burga asumió el mandato de la Federación
Peruana de Fútbol en el 2002, los logros fueron escasos, siendo más las
decepciones, algunas de estas muy dolorosas.
Podemos rescatar la clasificación de los ‘jotitas’ al
mundial de la categoría sub-17, pero teniendo en consideración que esa
generación nunca llego a consolidarse como lo hubiéramos esperado.
El otro gran logro de esta gestión, fue el tercer lugar
en la Copa América 2011, pero una vez más, aquellos jugadores que brillaron en
el torneo continental, no pudieron consolidarse en el torneo eliminatorio. ¿Por
qué? Aunque la respuesta parezca reiterativa, mucho de esto se debe a la
mentalidad, no solo del jugador, si no del peruano en general. Y es que, si
algo –o alguien- no funciona para que seguir con eso –o él-.
Si bien el Perú tiene muy buenos futbolistas jóvenes como
para ilusionarse con Rusia 2018, si no se forja una mentalidad fuerte, que
permita a los jugadores no dejarse llevar por sus emociones, o perjudicar a su
equipo en momentos decisivos con expulsiones innecesarias, el resultado será el
mismo que ahora: un casi lo logramos.
Markarián dio un paso al costado, pero como buen mago nos
dejó con unas cuantas ilusiones, como el tercer puesto en la Copa América, y el
mejor puesto en la historia de la selección peruana en el ranking FIFA.
Si bien ahora suenan varios nombres importantes para
llenar el vacío que dejo el uruguayo, su sucesor no la tendrá nada fácil, pues
al haber terminado el ciclo de los actuales referentes de la selección, se verá
obligado a forjar nuevos baluartes, y trabajar con otra base para la
‘blanquirroja’.
Ahora solo nos queda, una vez más, esperar 4 años, y
soñar con Rusia 2018.
Por Christian Salas
Comentarios
Publicar un comentario