El destino le ha jugado una mala pasada a Fabio Capello. Consciente de la apretadísima agenda del seleccionador inglés, su hijo Pierfilippo fijó con enorme antelación -y previa consulta a su padre- la fecha de su boda con Tiziana, su novia de toda la vida.
Capello confió en estar ya clasificado para la Euro y en no tener que jugar la repesca y dio el visto bueno al sábado 12 de noviembre. Si había un amistoso se jugaría el viernes y tendría tiempo para estar a las seis de la tarde en Milán asistiendo al esperado enlace.
Hasta ahí, todo en orden. Los preparativos siguieron su curso habitual, con la esposa de Fabio, Laura, haciendo constantes viajes a Milan para ayudar en toda la logística. Pero un buen día, la Federación inglesa recibió una llamada de sus homólogos de la Española solicitando cambiar la fecha del partido, previsto para el viernes, al sábado 12. El motivo que aducía la RFEF, darle a los jugadores del Barça un día más de descanso tras el partido de Copa que jugarán mañana miércoles, le pareció lógico y entendible a los directivos británicos.
No obstante, antes de dar el visto bueno final, desde la Federación inglesa contactaron con Franco Baldini, uno de los ayudantes de Capello para comentarles el cambio. Y éste, sin consultar con su 'jefe', autorizó la modificación de fecha. "No pasa nada, jugamos el sábado sin problema".
Cuando Capello se enteró se quedó de piedra. El partido se había fijado el mismo día, ¡y a la misma hora! que la boda de su hijo. No se lo podía creer. Lógicamente, ya era demasiado tarde e inoportuno dar marcha atrás a todo el proceso. Se quedaría sin ir a la boda de Pierfilippo. Gajes del oficio.
Superado el disgusto, y para 'participar' de alguna manera en el enlace, Capello lucirá el sábado en Wembley una flor en el ojal que será idéntica a las que, a esa misma hora, lleve Tiziana en su ramo de novia. Será una forma simbólica de estar al mismo tiempo en Londres y en Milán
EFE
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